Jalostotitlán, situado en el corazón de los Altos de Jalisco, es un pintoresco y encantador pueblo en el sur del estado. Conocido como uno de los pueblos más animados de la región debido a la amabilidad y hospitalidad de sus habitantes, es perfecto para explorar a pie y descubrir su rico legado cultural, arquitectónico y artístico.
Localmente conocido como "Jalos", este pueblo es famoso por su ambiente tranquilo y apacible, donde el tiempo parece detenerse entre sus templos y monumentos, todo ello bajo un clima cálido ideal para pasear por sus calles.
El centro histórico gira en torno a sus plazas, comenzando por la Plaza de Armas con el Portal de la Unión, una estructura de estilo colonial construida en 1829 que alberga tiendas y restaurantes. Continúa tu recorrido hacia la Plaza Alfredo R. Placencia, donde se encuentra la estatua central de Juan Pablo II rodeada por dos fuentes.
Un punto destacado es el Templo del Sagrado Corazón, una joya ecléctica única del siglo XIX, con columnas gemelas en sus torres y frontispicio. La Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, construida en estilo barroco entre los siglos XVII y XVIII, exhibe una exquisita sillería de marquetería y un altarpiece ecléctico de cantera.
El pueblo también es un refugio de arte, visible en los murales pintados por maestros como Rosalío González y Leonardo de la Mancha en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. En el Palacio Municipal, el mural de Alfredo Soto en el techo y la escalera representa escenas de la labranza de la tierra, peregrinaciones y los orígenes del pueblo.
Haz una pausa para disfrutar de la deliciosa gastronomía local, que incluye carnitas, tostadas de pata, birria, pozole rojo, dulces de leche, conservas de calabaza y pan recién horneado.
La artesanía del pueblo se destaca por su trabajo intrincado de incrustaciones de madera, huaraches y bordados de encaje, todos hechos a mano.
La cercanía de Jalostotitlán facilita visitas a destinos cercanos como San Juan de los Lagos, Pénjamo, Encarnación de Díaz y Guadalajara.
